LO QUE DEJÓ EL DEBATE SOBRE EL ABORTO Y ACERCA DEL FEMINISMO NACIONAL Y POPULAR

Algunas reflexiones sueltas sobre la votación en el Senado.

*Guada Levi.

La discusión que se dio ayer en el Senado ya estaba superada en la calle hace tiempo. Los senadores no supieron leer las demandas de la sociedad a la que representan. No estuvieron a la altura de las miles de mujeres movilizadas con una convicción y una fuerza pocas veces vista. Los representantes nunca están a la altura, ni de las demandas urgentes de su pueblo, ni de las necesidades estratégicas de la Nación.

UNO: Según algunos dirigentes, el reclamo por el aborto es sólo de la clase media. Si bien es cierto que la composición de las movilizaciones era mayoritariamente de la clase media progresista, eso no hace menos legítimo el reclamo. También en muchas villas y barriadas populares se vieron “pañuelazos”, aunque la gravedad de la situación social hoy tenga a los sectores mas humildes mas preocupados por el plato de comida. También estábamos rodeadas de adolescentes que ya son protagonistas y serán las futuras artífices de la lucha feminista, si saben encaminarse y saben interpretar, además de las necesidades propias, las necesidades del conjunto del pueblo.

DOS: No se puede desconocer una terrible realidad que existe, que sucede y va a seguir sucediendo si no se aprueba la Ley de aborto legal, seguro y gratuito. El eje de debate es si es legal o sigue siendo clandestino.

TRES: Creo necesario respetar (no implica compartir) las opiniones contrarias y las creencias de los sectores populares. A la movilización, de un día antes a la votación, a la Iglesia de San Cayetano, fueron muchas compañeras llevando el pañuelo verde. Sabemos que no es una cuestión de fe, es una cuestión de salud pública, pero debemos respetar la diversidad religiosa, tanto que hablamos de pluralidad. En lo que estamos de acuerdo es de la separación de la Iglesia del Estado.

CUATRO: No comparto para nada la descalificación a las bases cristianas, católicas e incluso creyentes no practicantes de las barriadas. Detrás de algunas repuestas y críticas justificadas a los senadores provinciales que dieron vergüenza (sobre todo de las provincias del norte) y al clero (con su base de la clase media alta de la “caridad”), subyace también cierto tufillo anti-provinciano, sarmientino, unitario y liberal que se envuelve tras el velo de los pañuelos progresistas. Las provincias del interior y las periferias urbanas mismas tienen su idiosincrasia y deben ser respetadas en su identidad. No hay que caer en el pensamiento modernizante, iluminista y de metrópolis, aunque tampoco en la condescendencia folclorizante del interior pobre, sino actuar con equilibrio en una realidad política compleja teniendo la capacidad de consensuar y convencer. Si bien en las provincias del interior mas pobre la creencia religiosa es muy fuerte y entre los mas creyentes son los que mas se oponen al aborto, un relevamiento de la Universidad de San Andrés obtuvo datos que permiten inferir que la causa de tal rechazo no es principalmente o únicamente religiosa, sino que se dá en franjas de segmentos etarios y sociales que tienen menos educación, incluso un 40% de los que dicen creer en la existencia de Dios, está de acuerdo con la ley. Se trata de informar, de educar, saber comunicar. Hay que construir puentes, no levantar muros.

CINCO: De repente, algunas figuras mediáticas que hasta ayer eran gorilas, antipatria y machistas, se colgaron del pañuelo verde (bienvenido sea) y pasaron a ser santificadas. ¿Desvestimos santos para vestir otros? También incluyamos en esta crítica a los hambreadores, ajustadores y saqueadores del pueblo que parece que pasaron por el “Rió Jordán” verde y algunas compañeras los eximieron de toda culpa y los exaltaron a más no poder, solo por su voto a favor en esta oportunidad. Dinosaurios había de los dos lados, necesitábamos los votos pero eso no amerita rendir pleitesía. Tranquilamente se puede ser feminista y también ser gorila.

SEIS: Hay que denunciar y pedir la renuncia por apología de la violación de Rodolfo Urtubey, repudiar la misoginia de Mayans, la precariedad de Esteban Bullrich y de una gran parte de los senadores que mostraron el nivel de ignorancia de la clase política.

SIETE: En cuanto al cambio de postura de Cristina, debo decir que en la sesión se la notó incomoda. No era ella, no era la gran oradora que conocemos, no siente el feminismo y va a pendular por ahora tratando de evitar que el progresismo posmoderno hegemónico se salga con la suya y rompa toda posibilidad de recomposición de un armado político. Sabemos que después de la derrota del kirchnerismo, muchas militantes del campo nacional y popular encontraron refugio y contención en el movimiento feminista. Pero el feminismo, a grandes rasgos, hoy está hegemonizado por un feminismo posmoderno cosmopólita, que comenzó a ordenarse y a tomar liderazgo ante otras corrientes feministas con la realidad del Ni Una Menos y a encontrar una agenda en la realidad de las mujeres argentinas, pero a fuerza de una militancia urbana y mediática, no tan cerca de lo nacional y popular. Me atrevo a decir que Cristina sabe que “sus” mujeres que se volcaron al feminismo (que son traccionadas por este feminismo hegemónico), hoy tienen la legitimidad y la fuerza que ya no tiene la Cámpora (si acaso alguna vez la tuvo), y en caso de necesitarlas por cuestiones judiciales y para volver al ruedo, va a primar la sororidad de todas.

No será ni por asomo Perón alentando a su “juventud maravillosa” a la lucha, pero Cristina necesita conducir, y tener a la tropa como punta de lanza. Para ello necesita hacer demagogia con un “feminismo nacional, popular y democrático”. El dilema que va a tensionar ese feminismo vacante va a ser si volver al peronismo, a Evita, a la justicia social con nuevas conquistas de derechos, o va a ser testimonial y llamarle “nacional, popular, democrático, feminista, coso, etc.” solo para mantener conforme a un sector progre. Si es así, ya de por sí viene impregnado de lo posmo.

OCHO: El movimiento de mujeres demostró que se pueden construir agendas transversales e interpartidarias que garanticen derechos.

NUEVE: Por lo demás solo me resta decir que mientras resolvemos estas cuestiones secundarias, se ha iniciado un camino sin retorno y mas temprano que tarde será Ley.

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